lunes, 28 de diciembre de 2009

El mar de la nostalgia





Hay que volver al lugar del naufragio
Para encontrarse con el mar de la nostalgia
Y buscar entre los restos y desaparecidos
Para recordar de lo que realmente estamos hechos


Hay mares que separan más que la tierra, son esos mares que separan vidas e historias. Son mares hechos de nostalgia pura, donde los enamorados se dan besos a las 2 de la mañana o las madres juegan con sus hijas en la cocina. Esos mares se ensanchan, alargan y oscurecen conforme avanza la vida. Nos separan, nos ahogan, nos vencen, nos olvidan.

A veces salimos en barcos tratando de vencer a algún recuerdo que naufraga. Nos acercamos a esas vidas que pensamos que nos habían olvidado, solo para descubrir que también estaban sentadas en la orilla observando el mar.

Esperamos que las velas del algún recuerdo impertinente atraque en el puerto y ya no sea un recuerdo, si no un viejo amigo que vuelve, un amor que renace o un hijo que vuelve a casa. Solo para darnos cuenta que el tiempo en la otra orilla también siguió su curso. Que ya no somos los mismos, que la brisa y la arena han curtido nuestra piel, nuestra vida.

En se mar, no solo hay barcos que ya no podemos navegar. También hay naufragios que visitamos de vez en cuando y los vemos desde la orilla, tratando de entender que hicimos mal, donde se nos altero el curso, por qué no vimos aquellas rocas. Otros naufragios nunca los visitamos por que nos duelen demasiado. Y por último, aquellos naufragios donde el barco fue hundido por nuestras manos, y nos reímos cada vez que los visitamos.

Sentemos pues, a la orilla del mar de la nostalgia, a esperar por nuevos barcos para navegar y a despedir a los viejos con alegría.

http://anansison.ticoblogger.com

1 comentario:

  1. Es sorprendente que la analogía del mar siga significando tanto otra vez en un texto nuevo. Gracias Mauricio por la reflexión tan profunda y bien lograda.

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