lunes, 14 de diciembre de 2009

Inquietante compañía




Un día de estos, conversando conmigo mismo me dije:

Aunque te inquiete tu prescencia
Y no entiendas sus actos
Y desprecies tu imagen

Vas a aprender a estar ahí, contigo
A llevar y perder tu cuerpo a cualquier parte
A estar y querer estar contigo

Disfrutaras tu propia compañía
Anhelar tus  pasos sobre la arena
Abrazaras la noche en tu regazo

Te darás lo que necesitas
A veces darás lo que deseas
Y a veces negaras las dos

Despacio y con dedicación
Porque no hay mayor desgracia
Que despreciar tu propia compañía

Te invitaras un café de vez en cuando
Le contaras tus sueños y tus futuros
Y el te será fiel y te esperará sin condiciones

Ya que al final de los finales
Solo estará él... él y tu hermana
La dulce muerte que nunca falla

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