Muros de cal entrecortando cada latir
un corazón en la maleta en viaje de regreso
besos en dulces de limón contenidos
días de cielo naranja para dormir
Muros de palabras llenas de silencios
cercas de sonido ante el pensamiento
el rito amargo del que no ama
meras conversaciones ante el espejo
Muros de espacios infinitos
tan amplios como los asientos del bus
dos personas (o estrellas) juntas
incapaces de compartir la luz (milagro) del tacto
Muros de lágrimas y viento
entre el descanso eterno y el eterno andar
crisálidas de vida vacías que solo quedan
yo aquí junto a la tierra y tu viajando sobre el mar
Muros de lunes, martes, miércoles, jueves
viernes, sábado, domingo, lunes y martes
rosario infinito de rutinas con pies de arcilla
muros de pendulantes manecillas de reloj
Muros y muros y el peor de los muros
es el que creamos y no esta
el que proyectamos de nuestros miedos
yo aquí escondido en mi refugio y tu esperando en tu lugar
A veces siento que se murió el fuego, que ya no puedo escribir... y nacen hijos como este, imperfectos y frágiles, pero míos... míos como un pedazo de lágrima o un latir de corazón. Mientras tenga algo que escribir, estoy vivo.
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