sábado, 7 de noviembre de 2009

De miradas verdes y sonidos vivos




Una mañana de octubre lo entendí
En sus ojos vivía un bosque
Aquello tenían que ser árboles
Almendros, ceibos y ron rones

Al mirarlo en silencio el bosque cantaba
En coros de toledos y tinamus perdidos
De chicharras y tabanos asesinos
Y ranitas a lo largo del río

Deseaba tanto entrar en ese bosque
De sangrillos y nazarenos dormidos
Y aceitunos desangrados por insectos
Pero de miradas verdes y sonidos vivos

Era verde como la coraza de los escarabajos
Que avanzan como tanques entre la hojarasca
Huyendo de las hordas de hormigas
Que buscan guerra y comida

Esos luceros verdes
Tenían que ser un bosque
Porque solo en ese mar verde
Pude perderme y encontrarte

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